domingo, 28 de abril de 2013

Me hacen gracia los guiris 2

CAPÍTULO 2


- ¡Laura! ¿Qué pasa?- Pregunta exasperado.

Intento recuperar la cordura y empiezo a dejar de reír.

- Nada...- digo aún medio riendo.- Es solo que...- me pienso lo que voy a decir.- Digamos que... Me hacen gracia los guiris.

Se me vuelve a escapar una pequeña risita y veo en la mirada de Pablo que no está de acuerdo conmigo y, antes de que pueda decirlo, yo ya sé lo que está pensando de mí.

- Estás loca.- Acaba juzgándome.
- Vale, vale...- Murmuro manteniendo mi estado de buen humor.- No te ofendas venga, que ya sabes que siempre me harás más gracia tú.

Veo que por su cara se empieza a asomar una pequeña sonrisita.

- Sabes que no es eso,- Hace referencia a lo que yo he dicho.- nadie, nunca, podrá quitarme el don de hacerte reír en todo momento. Algo como aquello,- Mueve la cabeza señalando, otra vez, con la barbilla, el chico ese que viste peculiar.- no podrá hacerme sentir amenazado. Pero ¿Tú lo has visto bien?
- Sí.- Digo con un tono cansado.- Pero ¿Qué te importa a ti como vista?
- Simplemente, cada vez que veo cosas así no lo aguanto, ¿No ve que así no atrae a la gente?
- Por lo que veo a ti si te ha atraído, no por bien pero... Le estás dedicando toda la importancia del mundo.
- Argh...-Protesta.- Vale dejémoslo estar.- Pide él, a lo que yo no pongo ninguna pega, porque desde hace rato que me he empezado a cansar de este tema.- ¿Has visto ese tío de allí?- Ya ha cambiado de tema y pone una cara de... Picarón.
- Pablo, estoy cansada, me voy a casa.- Le anuncio a Pablo, quien parece que se le acaban de renovar todas las energías.
- Espera- Me dice cuando tan solo he hecho dos pasos.- me voy contigo.- Viene a un paso acelerado y me atrapa.- En serio, Laura, antes de marchar tienes que ver a ese tío, está...- Dice dejando al aire la frase sin terminar. A mí, que soy muy cotilla, ya me ha dejado con curiosidad.
- Vamos a ver, ahora ¿cuál de ellos quieres criticar?- Le pregunto con burla.
- Criticar, lo que se dice criticar creo que no.- Paramos de caminar y sigo la mira de Pablo para ver a quién está observando con tanta... ¿Adoración?

Me fijo bien y veo que es el mismo chico que he visto antes. Tiene la piel bastante pálida, cosa que aún resalta más con su conjunto negro.

- Es...-Dice ensimismado.- perfecto.- Se me escapa la risa otra vez.
- ¿Quieres un babero, ahora?
- Ja ja ja, mira qué amiga tan graciosa tengo...-Rueda los ojos.- Pero, fíjate, lo que es más increíble aún es que el señor Perfecto es amigo de la Cosa esa.
- Vaaaale... Hora de irse, Pablo.- Le digo.- Ya vuelves con el mismo tema.- Sueno un poco fastidiada.- Venga deja a estos guiris y marchémonos.

El me asiente y juntos salimos del hotel y empezamos a caminar por las calles.

- Mañana vendrás a tomar con Clara y yo esa copa que me ha prometido, ¿verdad?- me pregunta.
- No creo, pasado mañana tengo examen y no puedo suspenderlo.- le comento excusándome.
- Casi nunca sales, Laura. Siempre está la universidad antes que tus amigos.- Protesta él.
- Pero...- Dejo salir un suspiro.- Sabes que me tomo muy en serio la universidad y no quiero que por tonterías como salir un día antes de un examen suspenda.
- Lo sé, lo sé...- Me mira arrugando la frente.- Es solo que soy tú mejor amigo y por eso te pido un poco de protagonismo, que parece que en tú cabeza solo haya espacio para la universidad y no para mí. ¡Venga! Ven un rato con nosotros, mañana.

Tiene razón. Muy pocas veces, desde que lo conozco he salido con todo el grupo, creo que tan solo han sido un par de veces. Dejo escapar un pequeño suspiro.

- Como quieras...- Acabo diciendo.- Pero antes de las diez me iré a casa.
- ¡Dios!- Exclama él.- No tienes remedio...
- Supongo que no.- Bajo los hombros.- Nos vemos mañana Pablo.- Me despido de él, que tiene que ir a la estación a coger un tren para ir a casa, mientras yo sigo el camino hacia la mía.
- Hasta mañana.- Me dice mientras también se despide de mí con la mano.

El camino hacia casa es un poco frío, pero a los cinco minutos llego a la entrada. Abro la puerta con las llaves y empiezo a subir las escaleras. Parece que haya pasado una eternidad cuando por fin llego al tercer piso, en el que me dirijo hacia la puerta C y la abro. 
Allí dentro me espera Ren, mi pequeña gatita persa de color negro. Ren desde que me fui de casa ha estado conmigo y es la única que está siempre esperándome por los mimos, aunque no sé muy bien para quién van dirigidos esos mimos, si para ella o para mí, ya que Ren está todo el rato encima de mi falda y me lo agradece tanto como yo le agradezco su compañía. Creo que esta gata es lo único que me ha estado manteniendo en buen carril, aparte de Pablo y, también creo que la acabé llamando así porque significa perduración, haciéndome pensar así que perdurará siempre a mi lado, sin volverme a quedar sola... Otra vez.

Después de calentarme en el microondas un plato de arroz que he sacado del congelador, me siento en el sofá y automáticamente Ren se sube encima de mi oliendo el plato que llevo en las manos, pero a los pocos segundos deja de mostrar interés en él y empieza a ronronear mientras se hace un hueco entre mis piernas. Enciendo el televisor, no hacen nada especial, tan solo me fijo que en Disney channel están haciendo una película. ¿Por qué todo no podrá ser tan fácil como en estas películas? Siempre es lo mismo, un/a chico/a como protagonista, tiene un problema, todo va mal y entonces... ¡Arte de magia! todo se soluciona y final feliz. La vida real está llena de injusticias y sin finales felices y películas así solo te muestran una falsa dirección de la vida. Te muestran cosas imposibles, irreales. ¿Cómo todo en esta vida puede llegar a resultar tan fácil como en las películas Disney? 
Después de estar todo este rato comiéndome la cabeza apago la televisión y me levanto haciendo refunfuñar a Ren por haberla despertado de su tranquila siesta.
Lavo el plato que he ensuciado al comer y me voy a mi pequeña habitación, allí me pongo el pijama y me meto en la cama. Tan solo son las nueve y media, pero ¿Qué más puedo hacer? Cojo mis apuntes de la Universidad y estudio un poco.
Antes de que sean las once ya se me están empezando a cerrar los ojos del cansancio así que apago la luz de la mesita de noche y me pongo a dormir.

**********

Estoy saliendo de la universidad, son las dos y media tengo tan solo una hora y media para comer e irme a trabajar al hotel.
Cuando cruzo la puerta principal del edificio mis ojos se desvían hacia alguien. Vuelve a ser él. El chico ese del hotel, junto a otros chicos y chicas, seguramente son los del Erasmus que, por mala suerte mía, por lo que se ve, estudiarán en la misma universidad que yo.
Paso apresurada junto a su grupo y mis ojos, otra vez, se quedan mirando fijamente a otro chico, el de los conjuntos de ropa... peculiares y, creo que si Pablo, hoy, le hubiese visto, se hubiera sacado los ojos para no verlo. Destacaba entre la multitud a más no poder, iba todo de color amarillo, los pantalones, la camiseta, los zapatos de un color marrón amarillado... ¡Hasta llevaba un pañuelo en el cuello del mismo color! Verdaderamente, este chico sabe como sorprender y llamar la atención de la gente.
Voy rápidamente hacia la estación del metro, ya que si me entretengo más rato observándoles me harán perder tiempo haciéndome llegar tarde a trabajar.
Cuando ya los he pasado, empiezo a rebuscar en mi bolsa el billete para poder pasarlo, mientras voy buscando noto que alguien a mi lado me habla.

- Hola, guapa.- Levanto la mirada para ver quién es, al verlo y reconocerlo me quedo sorprendida, es el mismo guiri de ayer en el hotel que captó toda mi atención igual que había pasado hacía unos minutos atrás. Pero no estoy de humor para seguirle el juego.
- Adiós.- Digo cortante.
- No soy de aquí, pero creo que eso no ha sido un saludo.- Vuelve a hablarme marcando más aún su acento británico.
- Bien, de idiomas vas bien, pero de indirectas creo que no.- Vuelvo a hablar cortante y borde al ponerme más nerviosa con su mirada verde-azulada encima mío mientras sigo sin encontrar el billete.
- ¡Hey! No me habían dicho que las chicas de aquí fuerais tan cortantes.- Se queja el guiri.
- Ni a mí que los  guiris fueseis tan pedantes.- Le devuelvo la crítica.

Veo que él divertido sonríe de lado, lo que me sorprende. De lejos se oye a alguien que habla alto.

- C'mon Simon, we gotta go in class. (Vamos Simon, tenemos que ir a clase)

Noto que estas palabras van dirigidas al guiri de mí delante.

- Start going. I'll be with you in a minute. (Empezad a ir, yo estaré con vosotros en un minuto)- Volvió a dedicar toda la atención en mí.- ¿Cómo te llamas?
- No tengo tiempo para ti, tengo prisa.- Me excusé al reemprender la marcha hacia la estación.
- Sé donde estudias, no librarte de mí fácilmente.- Se me escapa una risa, parece que hable indio.
- Se dice: No te librarás de mí fácilmente.- Le corrijo divertida.
- No hace falta que me lo pidas, no te librarás fácilmente de mí.- Dice con una sonrisa triunfante.

Yo quedo estupefacta, me doy cuenta que lo ha dicho mal queriendo, quería que le corrigiera.

**********

Definitivamente voy tarde. Antes, al entretenerme con el guiri, que creo que se llama Simon, he perdido el metro y eso me ha hecho ir tarde. Son casi las cuatro cuando entro por la puerta del hotel y me voy como un rayo hacia los vestuarios. Me cambio rápidamente, sin preocuparme como dejo la ropa dentro de mí taquilla y mientras salgo por la puerta y me estoy colocando el pañuelo azul que tanto odio, choco con Pablo.

- ¡Joder, Laura! Respira un poco, que vas revolucionada.- Protesta él.
- Lo siento es que voy tarde.- Me disculpo yo respirando aceleradamente al haber ido con tantas prisas.
- Tranquilízate, solo son las cuatro y tres minutos.- Me calma él.

Le asiento con la cabeza y me voy directa a la silla vacía que me espera en recepción.

- Hola Laura.- Dice Clara con una enorme sonrisa.
- Hola.- Intento disimular mi estrés.
- Ya me ha dicho Pablo que hoy te vienes con nosotros, eeh.- Me comenta.
- ¿Qué?- Digo confundida. Pero a los segundos caigo en lo que me está diciendo.- ¡Oh! Sí, claro, pero no creo que me quede mucho rato, mañana tengo exámen. Lo siento.
- Bueno, nos lo pasaremos bien igualmente, lo bueno es desconectar un rato. Yo tampoco creo que me quede mucho rato, hoy Nacho trabaja de noche y no puedo dejar a Marina sola en casa.- Me explica ella.

Clara tiene veintiocho años y Marina es su hija de cuatro meses. Hace dos años se casó con Nacho y ahora han tenido a una hermosa niña de pelo rubio y unos ojos azules preciosos. Estoy segura que será la viva imagen de su madre que también es rubia de ojos azules.

- Claro, ante todo Marina. ¿Por cierto cómo está esa preciosura?- Le pregunto.
- Ella perfectamente, somos Nacho y yo que no. Hay noches que ni pegamos ojo.- Comenta un poco cansada.- Pero luego, se te olvida al verla por la mañana con esos ojitos inocentes y tan brillantes.- Sigue hablando con cariño.

Alguien rompe la conversación que estamos teniendo Clara y yo al preguntar:

- What I have to do with the key of my room while I go out? (¿Qué tengo que hacer con la llave de mi habitación mientras yo salgo?)- Levanto la mirada y me encuentro con Simon. ¡Qué casualidad! Murmuro para mis adentros con ironía.
- Lo mismo que has hecho esta mañana para ir a la universidad.- Contesto secamente.
- Hey, no te he conocido de espaldas. ¿Quieres venirte conmigo y mis amigos?- Me pregunta cambiando el tono.
- Contigo- Empiezo diciendo.- no voy ni a la esquina. ¿Queda claro?- Sigo con mi fase cortante.
- Entiendo, sería demasiado difícil para ti aguantar toda la tensión que nos rodea, ¿verdad?- Sigue él manteniendo la compostura y una sonrisa triunfante que me hace enfurecer.
- ¿Pero de qué hablas? ¿Qué tensión?- Pregunto un poco asqueada.
- La tensión sexual que hay entre nosotros.- Mueve las cejas intentándolo hacer parecer como la cosa más evidente.

Antes de contestarle noto como a Clara se le escapa una pequeña risa.

- Parece que alguien tiene un acosador...- Murmura divertida ella.
- Tú- Lo señalo yo con el dedo.- Te lo diré en tu idioma para ver si me entiendes: Forget me, leave me. And one more thing... Here there's no any sexual tension, ok? (Olvídate de mí, déjame. Y una cosa más... Aquí no hay ningún tipo de tensión sexual, ¿vale?)

Veo cómo él ensancha la sonrisa y da media vuelta para irse junto a sus amigos.

- Good bye, babe. See you soon, fortunately (Adiós, cariño. Hasta pronto, por suerte)- Dice mientras gira un poco la cabeza para decirme estas palabras.






Contiuará...
Gracias por seguir leyendo esta nueva novela, os lo agradezco mucho. Sé que he tardado un poco en subir el segundo capítulo, pero esta última semana he tenido exámenes y la que viene también tengo un par más, así que se me hace difícil ir subiendo, pero intentaré subiros otro en cuanto tengo un poco de tiempo, prometido.
Nada más que decir, que muchísimas gracias por leerme y un abrazote muy fuerte :3

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