domingo, 31 de marzo de 2013

Between sugar and love 16

CAPÍTULO 16

Estaba estupefacta. No podía llegar y subirme a mi coche sin prestarle atención a Ángel... ¿O sí?

Caminé de forma acelerada a mi coche. En cuanto apreté el botón para abrirlo vi como la mirada de Ángel pasaba de sus zapatos a mí. Tenía esos ojos esmeraldas clavados en mi presencia. ¿Cómo evitarlo?

- ¿Podemos hablar?- Dijo con un tono de voz bajo y serio.

Yo, en lugar de responderle, fui hacia la puerta del piloto y la abrí para entrar dentro y arrancar el motor lo más pronto posible y salir de allí.

- ¿Me vas a ignorar?- Yo me paré.- ¿En serio?

Tragué saliva. ¿Por qué se me hacia tan duro esto?
- Vamos, sólo quiero hablarlo.- Pausó.- ¿Qué he hecho para que no quieras hablar conmigo ahora?- Preguntó irritado.- Natalia...
- No. -Salté yo.- No vuelvas a llamarme así.-Levanté mi mirada y la fijé duramente a él.

Ángel hizo un gesto exasperado con los brazos.

- Daría lo que fuera por entenderte...- Dijo con falta de paciencia.- Estar con mi hermano te ha afectado demasiado.
- Lo que me afecta más - Volví a saltar yo, enfurecida esta vez.- es tú presencia. ¿Por qué no, tan solo, te vas y vuelves a desaparecer como has hecho estos días?- Estaba mostrando todo lo dolida que estaba.- Así volverás a dejarme preocupada otra vez y tendrás toda mi atención en ti. ¡Oh, no! Espera, no. Esta vez te ignoraría tal y como has estado haciendo tú.-Abrí la puerta para subir y marcharme.

Ya había puesto la llave en el contacto para encender el motor pero de repente Ángel abrió mi puerta y se agachó un poco para estar a la misma altura a la que yo me encontraba.

- Lo siento.- Soltó.

A mi se me escapó una pequeña risa sarcástica y llena de enfado.

- Lo siento.-Repitió enfatizando más las palabras.
- Muy bien. Lo sientes...-Giré la cabeza y lo miré.- ¿Y? ¿Qué esperas que haga ahora?
- Yo...- Él apartó su mirada, no podía retener la mía.- De verdad lo siento, y espero que me creas.- Añadió sinceramente.
- Yo también esperaba muchas cosas de ti. - Seguí hablando llena de rencor.- Y me sorprendiste.- Cogí aire.- Me sorprendiste diciendo unas cosas y actuando y mostrándome otras.
- ¿Qué? ¿De qué estás hablando?- Hizo un gesto de completa confusión.

No aguanté más y lo aparté de la puerta de mi coche para yo poder levantarme haciendo que él también lo hiciera.

- ¿De qué hablo?- Dije, esta vez, furiosa.- ¿Hace falta que te recuerde la noche de fin de año?- Lo miré mostrando toda la furia que sentía.- ¿Lo que me dijiste? O no, mejor te recuerdo otra cosa.- Paré dos segundos para poder respirar hondo.- ¿Qué tal si te recuerdo cómo has estado ignorándome todos estos días? ¿Y cómo tienes la cara de actuar como si no hubieses pasado de mi como la mierda, eh?- Negué con la cabeza.- Deja de actuar como el niño bueno que solo hace que recibir palos, porque eres tú quién jode más a los otros. Deja de hacer como si tú hermano tuviese la culpa de lo que le pasó a Rebeca y...- Aparté mi mirada de él y bajé mi tono de voz.- deja de creer que puedo substituirla, porque yo soy yo, nunca podré llegar a parecerme a ella.

Dicho esto Ángel quiso cogerme por el brazo pero yo lo esquivé y subí otra vez a mi coche.

- Nunca he pensado que la substituyeras.- Volvió a hablar con un tono bajo.- Para mi eres única.- Sin estando mirándolo, el corazón me dio un vuelco.- No, no solo para mi. Eres tú, toda tú eres única.- Estaba diciendo delicadamente.
- Pues no actúas como si lo fuera.- Volví a mirarle duramente, aunque en realidad me sintiera como un flan por dentro.- Ahora, ¿Vas a dejar que me marche?
- No.- Se volvió a agachar.- Sé que no me he comportado de la mejor forma pero...
- Déjalo estar, Ángel.- Le corté.- No quiero oír tus escusas, no lo necesito.
- No son escusas, y yo sí necesito decírtelo.- Insistió una vez más.
-Qué pena que no me vaya a quedar para escucharte.- Cada segundo que pasaba me dolía más esa situación.
- ¡Es que no te entiendo!- Saltó, finalmente.- He estado ignorándote, vale. ¡Vale! ¡Lo sé! Y me arrepiento.- Dejó salir aire que estaba reteniendo en sus pulmones.- ¡Lo que no entiendo es a ti! Deberías ser la que me comprendiera mejor y sin embargo...- Sus palabras se trabaron.
- Sin embargo ¿qué?- Le incité para que siguiera.
- ¿Sabes qué?- Dijo arrepentido.- Olvídalo. - Estaba respirando fuertemente.- Olvídame.

Se levantó y empezó a caminar dejándome allí. Cuando no llevaba ni cinco segundos allí plantada me levanté, también, y le grité:

- ¡¿Que te olvide?! ¡Si eres tú el que me lo dificulta!- Estaba completamente furiosa.- ¡Yo sí que no te entiendo!

Cuando había dicho tan solo la primera palabra vi cómo Ángel había dejado de caminar, pero cuando terminé de hablar se giró y me miró.

- Supongo que cuando me entiendas también comprenderás porque he actuado así.- Habló de la forma más neutra que podía.
- Y ¿Por qué no me lo cuentas, eh? Y así no me vuelves a dejar con la intriga de qué pasa por tú cabeza, como la otra noche.- Insistí yo.

Él volvió a caminar en mi dirección y se paró delante de mí, a un metro de distancia.

- La otra noche te lo conté todo. ¿Qué parte de lo que te dije no te quedó claro?- Esta vez era él quien hablaba con rencor.- ¿Quizá la parte que quería intentar algo contigo? O quizá...
- Me perdí en la parte que me dijiste que era tu segunda oportunidad.- Le solté.- ¿O puede que intentases decir tu segundo plato?
- ¡¿Qué?!- Estaba medio alucinado.
- Si tú historia con Rebeca no te fue como esperabas, lo siento, ¿Vale? Pero te repito que yo no estoy aquí para reemplazarla. Y que no puedo...
- Y yo te repito e insisto que no te quiero como su substituta. Te quiero por ser cómo eres. ¡Te quiero por quien eres!- Enfatizó.

Aún estaba dolida por cómo había estado tratando e ignorando esos últimos días, pero con lo que me dijo me derritió por dentro, simplemente estalló un volcán dentro de mí. ¿Qué sentía por este chico bipolar que había estado pasando de mí? Sé que estaba siendo rencorosa, pero...

- No es lo que demuestras.

Él estrió los brazos en señal que ya no podía más, en señal de confusión.

- No sé qué más quieres de mí.- Más exasperado no podía estar.
- No quiero nada...- Esta vez fui yo la que hizo el gesto con los brazos.- Yo solo espero que...- Cerré los ojos y negué con la cabeza.
- ¿Qué?- Me insistió una vez más.
- Espero algo que me lo demuestre. Que me demuestres que lo que dices es verdad y que no me vuelvas a ignorar o evitar o desaparecer sin decirme nada después de que me insinuaras que querías algo conmigo yo...- Inspiré y expiré profundamente.- Solo espero que no me vuelvas a fallar.

Dicho esto no me contestó, no dijo nada, se quedó delante de mí con las manos en los bolsillos durante unos segundos que se me hicieron eternos hasta que se aproximó a mí y me abrazó. Me abrazó de la forma más firme y a la vez dulce que podía. 

- Lo siento, ¿Vale?- Susurró en mi oreja. - Yo solo necesitaba pensar y... No podía hablar contigo porqué cada vez que lo hago me confundo más. - Me apretujó más en sus brazos.- Yo sólo espero que me perdones.

Cuando terminó de decir esto no fui capaz de decir ni hacer nada más aparte de devolverle el abrazo. Necesitaba sentirlo, después de estos días sin él lo necesitaba.

- Te creo y te perdono, es solo que... - Aún estaba abrazándole.- Soy yo la que ahora necesita tiempo para pensar.- Me separé de él manteniendo una distancia corta entre los dos.- La historia de Rebeca...
- ¡Olvida a Rebeca!- Estalló.
- No soy yo quién debe olvidarla, eres tú quien tiene que hacerlo, porque si ya lo hubieses hecho no estarías tan confundido.- Le contesté.- Pero lo que te estaba diciendo es que su historia, es decir, vuestra historia,-Remarqué la palabra "vuestra".- es lo que me ha confundido a mí y... Cada vez que me dices algo como lo de hace un momento no dejo de pensar y comerme la cabeza por si lo dices porque lo sientes o porque me parezco a ella y... No puedo estar así cada vez que te veo o hablamos.- Paré un momento para dejarle a él y a mí recapacitar sobre todo lo dicho.- Por eso soy yo la que ahora te pide un espacio, como lo has tenido tú estos días, lo necesito yo ahora.

Acabé de separarme completamente de él y se senté en el coche, cuando iba a cerrar la puerta Ángel se acercó y dijo:

- Sé que ahora no vas a hacerme caso pero...- Se volvió a agachar como antes.- Cuando te digo que quiero estar contigo es porque lo siento dentro de mí.-Cogió mi mano izquierda y la llevó hasta su pecho haciéndome sentir los latidos de su corazón.- Pero si no crees lo que yo te digo, cree lo que te transmita mi corazón. Porqué nadie, NADIE, puede ponerme tan nervioso o tener este efecto en mi.- Dijo refiriéndose a lo rápido que latía su corazón.

En ese momento era yo a la que se le había acelerado el corazón como el de él para ir al mismo compás. Pero no pude decir nada, tan solo asentí y él se levantó y cerró la puerta de mi coche dejándome la libertad de irme, y así hice.








¡CONTINUARÁ!
Sé que os dije que subiría antes, pero no he podido, lo siento muchísimo, en serio, pero espero que la espera haya valido la pena. 
Esta vez PROMETO subiros este martes o el miércoles y aviso que... ¡Habrá maratón! ^^
Espero y quiero que estéis disfrutando de estos capítulos muchisimo, ya que la novela se está terminando.
Muchas gracias por leerme :3



No hay comentarios:

Publicar un comentario